Nidos de pájaros abandonados, yerba seca, conos de pino, corteza de árboles, viruta de ramas secas, helechos secos y ramas partidas.
b) Leña Apropiada:
Los árboles resinosos proporcionan el combustible que más rápido arde y no da humo, aunque estén ligeramente verdes. Entre ellos se incluyen los pinos, cipreses, cerezo silvestre. Árboles de alto contenido de carbohidratos (árboles con savia dulce), incluido muchos eucaliptos y acacias. Las maderas porosas queman bien. Entre ellas se incluye el álamo, el sauce, etc. Las maderas de poros sólidos, la verdadera madera, quema bien pero no se prende fácil. Entre ellas se encuentra la caoba, el espino, el tamarugo. Si está completamente seca y bien astillada, quema bien, pero otros combustibles son mejores.
c) Haga una lista de materiales combustibles disponibles en su zona y una colección de madera para familiarizarse con ellas.
ENCENDIENDO EL FUEGO
Antes de encender el fuego, limpie una superficie de unos tres metros, quitando todas las yerbas y hojas.
Para que el fuego exista se necesitan tres elementos básicos: oxígeno, calor y combustible. Así si comparamos un fuego con un triángulo, cada elemento de la fogata representa un lado del triángulo. Si falta un lado, el triángulo deja de ser triángulo y si falta uno de los tres elementos tampoco habrá fuego.
Materiales necesarios:
1. Yesca seca, cortezas, cualquier cosa pequeña, inflamable y seca. Semillas vellosas, ramas pequeñas, finas como paja. Las hojas muertas y la yerba seca se pueden usar pero no duran mucho, pero encienda un fuego lento y siga adelante.
2. Combustible
3. Leña
Haga una pila con la yerba seca en el centro del claro. Coloque leña alrededor del combustible en forma de pirámide pequeña, no demasiado junta porque cualquier fuego necesita mucho aire. Alrededor de la pirámide ponga la leña partida, primero dos pedazos grandes para hacer la base, luego pedazos más pequeños, capa por capa, hasta una altura de 30 a 50 cm. Póngase de frente a la pila, dando la espalda al viento, raspe un fósforo y prenda la yesca. En pocos minutos tendrá un fuego rugiente.
CUIDADO DE LOS FÓSFOROS
Para proteger los fósforos de la humedad y ponerlos a prueba de agua, introdúzcalos en laca o barniz un poco diluido. También esto se puede hacer con parafina derretida. Cuando encienda el fósforo, dé la espalda al viento y ponga las manos en forma de copa. Lleve el fósforo encendido con la llama hacia el viento, esto obliga a la llama a mantenerse arriba. Rompa el fósforo entre el pulgar y el índice para estar seguro que está apagado.
Algunos ejemplos de fuegos:
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